México pasó del segundo al cuarto lugar en nueva infraestructura de generación de electricidad eólica, esto a raíz de los cambios planteados por la actual administración federal para modificar el marco legal y que se encuentran en análisis en el poder judicial.
Así lo dio a conocer Ramón Fiestas, presidente del Global Wind Energy Council (GWEC) para Latinoamérica, en entrevista para El Economista.
Durante el año 2020, dijo, se instalaron 4 mil 673 megawattas eólicos en América Latina, y México solo abonó un 12.3% de esta infraestructura, quedando por debajo de Brasil y su 49.5%; Argentina con 21.7% y Chile con 14.6%.
“Desde hace seis años México venia aportando por lo menos un 25% de la nueva capacidad, ubicándose solo por debajo del primer lugar que es Brasil, que registra un promedio de 50% anual”, mencionó Fiestas.
Por cinco años seguidos el país registró un ritmo de más de 1,000 megawatts nuevos cada año, en el 2020 se instalaron en México 575 megawatts esto fue menos del 13% de la nueva capacidad que inició operaciones en la región en el año 2020.
Sin embargo, desde el primer trimestre del año pasado se publicó primero un acuerdo de confiabilidad del sistema eléctrico en que el Centro Nacional de Control de Energía planteó suspender nuevas conexiones renovables por su intermitencia durante la pandemia; después una política integral sectorial de la Secretaría de Energía para ponderar a menor precio la energía renovable de privados, y finalmente una reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que ponía en último lugar al despacho de las renovables, después de la hidroeléctrica, la generación de la CFE.
Los dos primeros ordenamientos ya fueron suspendidos mediante amparos y una controversia constitucional en qué la Corte falló a favor de la Comisión Federal de Competencia Económica, y el tercero se encuentra en análisis del juez especializado en competencia económica, aunque con una suspensión definitiva hasta la sentencia.